Resulta evidente que aprender uno o dos idiomas se ha vuelto una obligación permanente de primera necesidad. Las empresas lo valoran muy positivamente, especialmente en el sector servicios.

En una sociedad cada vez más dependiente unos de otros, se vuelve tema capital el conocimiento, aprendizaje y dominio de idiomas. El mundo de hoy es competitivo y exigente a día de hoy, por lo que es la mejor forma de labrarse un futuro laboral.

 

¿Falta de adptación?

 

Ante lo que se representa como un país, España, lleno de barreras, como es que se doble absolutamente todo lo que llega de fuera y que los extranjeros en nuestras fronteras y españoles no hagan por conocerse, es de esperar un cambio de mentalidades tras el paso por el extranjero.

 

¿Existe el cambio cualitativo tras la estancia en el extranjero?

 

La respuesta es sí, cuando en el colegio se enseña a los jóvenes, no parece entusiasmarles, pero cuando uno se marcha intencionadamente el cambio es absoluto. El abanico de relaciones se multiplica, mientras que el campo de trabajo se expande y la capacidad de movilidad se amplía.

 

Cambio de rumbo

 

Ante una situación de crisis el aprendizaje de idiomas se está convirtiendo en un tema capital para los españoles. La últimas medidas impulsadas por el Ministerio de Educación apuntan en la dirección del impulso de la internacionalización de los españoles, con un cambio en la enseñanza más adaptado a las necesidades laborales, disminuyendo las mentalidades localistas.

 

Con la estancia en el extranjero todos salen ganando

 

Ante la crisis que estamos atravesando se plantea como una de las alternativas más demandadas y atractivas: viajar y aprender idiomas estudiando y trabajando. Para los Gobiernos en crisis del Estado de Bienestar es deseable la internacionalización de sus ciudadanos, reduce la demanda de prestaciones sociales y abre la puerta a las remesas desde el exterior.


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