Al hablar de música norteamericana, lo inmediato es pensar en Nueva York o Los Ángeles. Pero ¡ojo! el Norte de América no lo ocupan por completo los Estados Unidos. Hay mucha vida melómana al otro lado de los Grandes Lagos, en Canadá. Y como prueba de esta agitada corriente de notas, ahí van cinco más una propuestas para todo tipo de paladares auditivos. 

-Para los (eternos) adolescentes, tres propuestas bien conocidas pero cuyo origen canadiense a veces se olvida. Hay que empezar con Justin Bieber, el flequillo que vuelve locas a las colegialas de medio mundo y que empezó tocando la guitarra en las calles de Stratford en Ontario. Sus singles han copado las listas del último lustro, junto con temas como el repetidísimo Call me maybe de la también canadiense Carly Rae Jepsen. Cierra esta terna la más experimentada Avril Lavigne, con su pop tan enérgico como sentimental.

-Para esas almas indómitas, de los vastos terrenos canadienses han brotado bellísimas composiciones líricas. Esta categoría la abre nada menos que un Premio Príncipe de Asturias de las Letras que responde al nombre de Leonard Cohen. El cantante de Montreal ama tanto la poesía española que llamó a su hija Lorca. A su vez, esta hija de Cohen dio a luz de manera altruista al hijo del también canadiense Rufus Wainwright y su marido. La carrera de Wainwright está salpicada de una melancolía no exenta de esperanza.

-Para romanticones, que haberlos haylos en todas partes. Odiada y amada a partes iguales, la reina de la canción melódica por excelencia en los 90 fue Céline Dion. Entre sus temas más recordados, el de la banda sonora de Titanic, cuyo director James Cameron es también canadiense. Otra película de esa década, la versión de Robin Hood interpretada por Kevin Costner, culminaba con una balada de ese inolvidable cantante de Ontario llamado Bryan Adams.

-Para clásicos con estilo, que no glamour. Mucho antes del swag, existió la clase. Y en ese género de interprétes brilló con especial fulgor el crooners canadiense Paul Anka, autor de la letra del My Way de Frank Sinatra. El heredero de Sinatra en el siglo XXI es, por cierto, canadiense y responde al nombre de Michael Bublé.

-Para rebeldes con ritmo, la variedad étnica y multicultural de Canadá les tiene reservadas más de una sorpresa. La oferta de rap del norte de Norteamérica es amplia, y en ella destacan Drake y el artista de origen somalí K'naan, conocido por su dueto con David Bisbal que representó a la selección española en el Mundial de Sudáfrica.

-Para mitómanos curiosos, que sepan que de Canadá es un tal Ryan Gosling, que era de pequeño muy aficionado a interpretar grandes canciones ante el público. Y no lo hacía nada mal, aunque siempre se olvidara de desayunar cereales.
Estos son solo algunos nombres que demuestran la fuerza de la escena musical canadiense. Faltan por mencionar una interminable lista de grupos como Arcade Fire o The Band. Lo mejor, en cualquier caso, es visitar ciudades como Quebec, Toronto o Vancouver para descubrir nuevos artistas y bandas.


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