Puede parecer un tópico como tantos otros en diferentes países del mundo, que al final se aplican tan sólo a medias, sin embargo, la puntualidad en Reino Unido es parte del carácter y las costumbres de los británicos.

Llegar tarde a una cita en Reino Unido se considera una auténtica falta de respeto, así que lo primero que debéis hacer al llegar al país es poner el despertador diez minutos antes de la hora a la que lo pondríais en España para llegar al instituto.

La mejor solución es llegar siempre pronto, así no os arriesgais a que os acusen de irrespetuosos, a la vez que adoptáis una magnífica costumbre que debería estar más arraigada en nuestra cultura.

Un buen ejemplo literario de esta puntualidad inglesa podemos encontrarlo en el libro “La vuelta al mundo en 80 días” de Julio Verne, representado en el personaje de Willy Fogg; un caballero con bombín y reloj de bolsillo, que nunca llega tarde y pretende dar la vuelta al mundo en ochenta días, confiando ciegamente en la puntualidad de los transportes coloniales del Imperio Británico. El lema de Willy Fogg es que los imprevistos no existen.

Tampoco es raro que una de las características que define a la comunidad británica sea la puntualidad, teniendo en cuenta que su monumento más emblemático es un reloj enorme; el Big Ben, con el que están sincronizados los relojes de la mayoría de británcos de a pie.


 


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